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Ana María Gargatagli

Ana María Gargatagli es crítica literaria e investigadora. Es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona con una tesis sobre Jorge Luis Borges y la traducción. Y en la actualidad es profesora titular del Departamento de Filología Española de la misma institución.

En el ámbito de la investigación sobre la traducción y la historia de la traducción, es autora de varios libros, capítulos de libros y numerosos artículos, entre los que cabe mencionar "La traducción de América" (en Actas del I Congreso Internacional sobre Traducción, 1992), “Jorge Luis Borges y la traducción(UAB, 1993), "Las traducciones invisibles" (en Actas del II Congreso Internacional de Traducción, UAB, 1994), "Translators and the emergence of national literatures" (en Les traducteurs dans l´histoire, edición de Jean Delisle y Judith Woodsworth, 1995) y “El tabaco que fumaba Plinio. Escenas de la traducción en España y América, relatos, leyes y reflexiones sobre los otros(con Nora Catelli; Ediciones del Serbal,1998).

Como crítica literaria ha colaborado en obras colectivas y revistas con capítulos y artículos sobre Jorge Luis Borges, Manuel Puig, Roberto Arlt y Julián Ríos, así como sobre autores franceses e italianos.

Es directora del proyecto y del portal Traducción 1611, de estudios sobre la traducción del Departamento de Traducción de la Universidad Autónoma de Barcelona. Es colaboradora del Centro Virtual del Instituto Cervantes y miembro del consejo de redacción de la revista Saltana.org.

LA TRADUCCIÓN DE LAS PRIMERAS VANGUARDIAS ESPAÑOLAS

Una progresión de acontecimientos delimita la compleja frontera entre la historia del arte decimonónica y las formas de ruptura del siglo XX. Aquellos hechos sociales, políticos, estéticos, incluso tecnológicos, que modificaron la percepción que los hombres tenían de la realidad y de sí mismos, tuvieron como escenario algunas ciudades europeas que recibieron y diseminaron las nuevas ideas.

De la fundación del cubismo, del dadaísmo, del futurismo, del expresionismo o del arte abstracto en Berlín, Múnich, Zúrich, París, Roma o Moscú podría deducirse que los movimientos de vanguardia tuvieron un origen estrictamente nacional. Tal definición, sin embargo, es ajena al arte moderno que tuvo como característica esencial la transhumancia y el cosmopolitismo.

Los artistas españoles tuvieron un contacto directo de las nuevas formas artísticas y tradujeron a aquellos autores que testimoniaban la moderna sensibilidad. Así los revelan exposiciones, sesiones dadaístas y una notable producción de revistas y libros.

Esta singular respuesta a la catástrofe de 1898 tuvo como límite la crisis política de los años treinta y el éxodo de numerosos talentos. Analizar las circunstancias de ese vasto y rápidamente aniquilado movimiento, que abarcó las primeras décadas del siglo XX, es una manera de entender la evolución posterior de la moderna literatura española.

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